Bendita primavera ... Que pase ligera!

Volverá a mi la maldita primavera

Pasa ligera la maldita primavera, Pasa ligera me hace daño sòlo a mi”.

Canción original: “Maledetta primavera” , Loretta Goggi. Versión en español, Yuri(1982)

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Mi historia con las alergias nace en lo más profundo de mi DNA. Desde niña, supe que quiere decir ser alérgico, escuchando los relatos de mis parientes del ramo paterno que padecían diversas manifestaciones alergológicas a nivel respiratorio, alimentario y de piel. A estos insucesos ajenos se sumaban mis propias experiencias personales. Recuerdo que el mínimo contacto con el polvo de casa y aquel derivado de la construcción, provocaban que mi sistema inmunológico desencadenará a modo de mecanismo de defensa, una cascada de estornudos, obstrucción nasal y en algunos casos: prurito e irritación ocular, que podían contrarrestarse fácilmente con la asunción de un fármaco antihistamínico y obviamente, alejándome de objetos o situaciones con alta potencialidad alergénica. Por consiguiente, en Colombia vivía en medio de una situación bastante controlada, ocasional y no agravada por una condición estacional.

Para ningún médico o paciente es un secreto que la floreada y ansiada primavera, pueda empeorar una banal alergia; sobretodo cuando se es un inmigrante que jamás ha estado directamente en contacto con otro tipo de alérgenos* ,especialmente frutas, vegetales, plantas y sustancias dispersas en el ambiente y hasta entonces desconocidos, pero de los que ya existe una predisposición genética para desarrollar una alergia. Ese es mi caso. Antes de llegar aquí, era sensible o alérgica a diversas tipologías de plantas a las que no había estado expuesta o a contacto, porque simplemente no vivía en Europa. Al emigrar, mi sistema inmunitario reconoció aquellos alérgenos a nivel ambiental, que no existían en mi país, pero hacia los cuales era sensible, causando una gran reacción a nivel inmunológico.

 Durante la primavera del 2003, ocurrió un evento memorable: el mayor nivel de concentración de polen que se haya registrado en más de cuarenta años se dispersó por el territorio italiano, como consecuencia del gran cambio climático que estaba por comenzar a nivel global. Recuerdo de haber tenido una reacción tan exagerada, que no pude dormir por tres meses, debido a molestias respiratorias, auditivas y oculares, derivadas de la concentración del polen en el ambiente. Mientras se alejaba la primavera, los síntomas disminuían pero notaba que cada vez que ingería frutas como:  manzana, cerezas, higos, melocotones y ciruelas, el interior de mi cavidad oral se hinchaba con grandes peladuras, llegando a padecer dificultad para deglutir, tanto que una ocasión casi me asfixio al comer un pedazo de cereza. Qué estaba sucediendo? Por Qué si hasta entonces había ingerido éstas frutas, jamás había experimentado ninguna reacción!


Lo que me sucedió se conoce con el término de Reactividad Cruzada y según cifras de la Sanidad Pública Italiana, afecta a 3 de cada 5 inmigrantes, considerándose como preponderante la exposición al factor ambiental y la ingestión de alimentos durante la primavera. En Qué consiste? Nuestro cuerpo produce anticuerpos para poder defenderse de los alérgenos o antígenos que desencadenan una reacción alérgica. El reconocimiento entre antígenos y anticuerpos, puede ser total o parcial, es decir, en este segundo caso nuestro sistema inmunitario también puede asumir como su enemigo a otros antígenos parecidos o similares. Esto se produce por dos motivos: 1. por familiaridad entre tipos de plantas 2.Por la ingestión de Alimentos Genéticamente modificados. En mi caso, llegué a experimentar la Reactividad cruzada debido a ambos motivos.

A través de tests alérgológicos, descubrí ser alérgica por vía inhalatoria a tres familias de plantas que existen en el Sur de Europa, denominadas: betuláceas(abedul), coriláceas(avellana y ciprés) y gramináceas(hierba o cesped), cuya familiaridad o similitud con los árboles de manzana, duraznos y cerezas era tal, de llegar a provocarme una reacción cruzada con la ingestión de éstos alimentos. Pasé años sin poder ingerir estas frutas, hasta que encontré un alergólogo que me indicó una segunda posibilidad: “comprar estos alimentos sólo bajo procedencia certificada o directamente del productor”. Es decir, NO a la fruta de supermercado, a menos que se garantice una cultivación en la que no haya sido alterada su molécula original, la cual podría incluir un porcentaje de polen de aquellos árboles o grupos de plantas a las que soy alérgica. La verdad es que con mucho escepticismo y miedo a que algo pudiese ocurrir, comencé a inserir en pequeñas cantidades este tipo de alimentos. Poco a poco, recuperé algunos de mis antiguos consumos de fruta, convirtiéndome con el paso de los años en una defensora de los pequeños mercados y de los productos etiquetados con la palabra NO OGM y pudiendo constatar que efectivamente las reacciones no fueron tan terribles como me las esperaba, siempre que la procedencia de la fruta fuese garantizada, en pocas palabras “BIOLÓGICA”.

Así mismo, por continua exposición a los agentes estimuladores o a alérgenos*, nuestro cuerpo va generando anticuerpos que a la final llegan a inmunizarnos contra las alergias. Luego de 16 años de vivir en Italia y de haber habitado en una zona llena de frondosos árboles a cuyas flores soy alérgica, comencé paradójicamente a inmunizarme y muchas alergias disminuyeron, algunas de tipo alimentario llegaron casi a desaparecer. No digo que tendríamos que ir a vivir a otras regiones llenas de alérgenos, pero recomiendo de visitar médicos calificados para aprender la manera de inmunizarse con vacunas sublinguales(tubitos cuyo contenido se mete por debajo de la lengua), las cuales contienen pequeñas dosis de alérgenos, bajo un período de tiempo y momentos del año específicos. A nivel farmacológico, antihistamínicos, gotas y sprays no deben dejarse a un lado, pueden salvarnos la vida en momentos de crisis alérgicas. 

Decidí adentrarme en este importante argumento, para restituir un poco de alivio a tantos inmigrantes( que al igual que yo en un determinado momento), no llegan a comprender el delicado equilibrio que se pone a prueba en el momento que nos “erradicamos” de nuestro propio territorio. Inmigrantes que indudablemente recurren a tratamientos médicos sin comprender la fuente del propio problema:la implicación ambiental del proceso migratorio en su sistema inmunitario(alergias). Imagínense trasplantar un árbol y llevarlo a un clima completamente diverso del acostumbrado.

Jamás olvidaré el placer de volver a sentir el jugo y el crujir de una manzana en mi boca, de poder saborear una ciruela y de no renunciar a la fruta, fundamental en cualquier tipo de alimentación. Entonces, dejó de ser una “Mal... Primavera”, como la famosa canción, para convertirse en una “Béndita Primavera”.

 

 *un agente que cuando ingresa a un organismo, ya sea por vía respiratoria, oral y tópico, lo deja en una situación vulnerable al desarrollo de los fenómenos vinculados a una alergia.


Lina Scarpati